Conoció a Juan Pablo II cuando todavía era arzobispo de Cracovia, Polonia. Trabajó con él desde 1978 y en 1987 fue nombrado Maestro de las Celebraciones Litúrgicas Pontificias. Benedicto XVI lo retuvo en el cargo desde donde realizó fuertes innovaciones. Hoy monseñor Piero Marini volvió a Tucumán después de 28 años, cuando acompañó a Juan Pablo II en su visita pastoral. Llegó en su carácter de presidente del Comité Pontificio para los Congresos Eucarísticos Internacionales para asesorar a la Arquidiócesis de Tucumán sobre el encuentro que se realizará el año próximo. Sigue viviendo en el Vaticano y desde la parte antigua de Santa Marta donde reside sigue de cerca los pasos del papa argentino.
“Esperamos de un Congreso Eucarístico y de este en particular que sirva para renovar la vida de fe de los argentinos, y a partir de allí, la vida civil en general. Esperamos que este congreso cambie el corazón de todos, así como experimentamos en la misa el amor y el perdón de Dios, y el perdón de nosotros hacia los demás. Esperamos que este congreso sirva para aprender a vivir más en comunión con Nuestro Señor y con nuestros hermanos”, explicó el prelado en una conferencia de prensa organizada por el Arzobispado. Tras haber conocido a Juan Pablo II antes y durante su papado, puede dar fe que el ahora santo no ha cambiado sustancialmente. “Siempre ha sido un pastor muy cercano a su rebaño, un pastor muy del Concilio Vaticano II. Ya era así en Cracovia y continuó siendo cuando llegó al Vaticano”, contó monseñor Marini. En ese sentido, encuentra que Juan Pablo II y Francisco tienen grandes similitudes.
- ¿Qué parecidos encuentra entre Juan Pablo II y Francisco?
- En primer lugar son dos papas que vienen de lejos, de un país “lontano”. Si bien Polonia no quedaba tan lejos de Italia, en aquellos tiempos todavía existía la división de la Europa Oriental y la Europa Occidental, la Europa de bajo el comunismo y la Europa Occidental. Y Francisco también ha destacado que viene desde lejos, de la América Latina. Son dos papas que vienen de tierras lejanas a Italia pero que por el contrario han sido muy cercanos al pueblo. Dos papas que viven muy cerca del rebaño.
- ¿Y Benedicto XVI? ¿Diría que es un papa de transición?
- No, para nada. Si alguien lo pensó así en un principio, ahora nadie lo piensa así. No hay ningún papa de transición, cada uno tiene su tarea y deja su impronta, su manera de pensar y vivir. El papa Francisco vive en Roma como vivía aquí, mantiene sus características.
- ¿Cómo ha recibido el clero vaticano los cambios de Francisco?
- Francisco propone una iglesia más cercana al Evangelio y un modo de vida más simple y más cercano. Cuesta asimilar esta realidad porque el Evangelio cuesta asimilar. Pero se entiende que es una forma de vivir más evangélica y se sigue para adelante.
- ¿Si tuviera que actuar como ceremoniero de Francisco le molestaría que el Papa salga a cada momento del protocolo?
- El hecho de que Francisco siempre se salga del protocolo no me molesta en lo más mínimo. Pero después de tantos años trabajando en esto tengo mi idea de las celebraciones, de las misas, porque toda mi vida me la he pasado estudiando la liturgia. Tendría algunas sugerencias para hacerle.
- ¿Cuáles?
- Usted pregunta mucho (ríe). Sólo le haría algunas sugerencias, por lo demás es un papa que celebra con mucha intensidad y participación de espíritu, y lo comunica muy bien a los demás. Eso se ve claramente sobre todo cuando levanta la Hostia, en el momento de la consagración. Esta forma de celebrar la misa enriquece mucho la Iglesia.